Al enseñarme tu mano
sin duda tú te delatas
que visitas poco el chat,
Lobo en incendio, se cata.
Que ya avisé un día allí
que yo leerla sabía,
lo usaba para ligar
cuando solo era una cría.
Pero hoy te leo la mano
otros dos retos buscando:
primero, no veo líneas,
segundo, lo haré rimando.
Enseñas la mano izquierda,
que muestra más tu interior,
no puedo saber futuro,
pero sin duda es mejor.
Tu mano es proporcionada,
armoniosa y esencial,
eso me indica más sueños
que amor por lo material.
Deberías tú fiarte
de primeras intuiciones,
apelas al raciocinio,
pero haz caso de impresiones.
Te arrebatas con lo hermoso,
sobre todo si especial,
aprecias más ese poso
de lo extraño, la rareza,
lo mínimo en la grandeza,
lo absurdo, lo original.
El meñique ese tan largo
artístico te presenta,
el pulgar desarrollado
revela tu inteligencia.
Lo que te queda de vida
por ello estarás luchando,
entre volar o amarrarte,
entre cogerlo o dejarlo,
entre el fondo y esa forma,
entre el concepto o el marco.
El anular que destaca
es lo que más me sorprende
pues indica introspección
y vida interior latente.
Que te guardes sí me choca,
también me da que pensar
que ese genio que tú enseñas
lo haces para asustar,
por no mostrar una quiebra
que un día puede estallar.
Así pensando en tu mano
me cambia a mí tu perfil,
te imaginaba complejo,
lo multiplico por mil.
Diez perfiles necesitas,
uno para cada dedo,
que vuelvas para enseñarlos
es ahora lo que espero.
P.D. A nuestro jefe geniudo
asustar yo no querría,
es solo entretenimiento,
nostalgia de su valía,
que ni soy bruja ni nada,
que me sobra fantasía.
Si me he equivocado en todo
o si he acertado contigo
no me importa demasiado,
pues como lo he imaginado,
con tu perfil he podido,
y con lo poco enseñado
el mehari ya he arrancado
y también me he divertido.