Control o lo que venga

Yo tengo dos periquitos, bueno un periquito y una periquita que son un encanto. Son Periquito y Periquita.
Siempre me ha sabido mal no haberles bautizado, pero es que cuando los adquirí pasaba por una etapa de ateísmo profundo y ni a los periquitos les quise imponer el nombre.
Mi perra tuvo mejor suerte y por esto a veces se pasea ante ellos con aire de superioridad, cosa que no me gusta ya que para mi y ante el veterinario, son todos iguales. Como se me ponga entre ceja y ceja, un dia cojo el santoral, los meto dentro del bol de la lechuga y los hago cristianos que hay que estar bien con toda autoridad.
Mis periquitos se aman. Es cierto. Se quieren con un amor ardiente y si me permitís la expresión, un tanto animal. Se han pensado que son una especie en vías de extinción y se han propuesto repoblar el planeta. Yo no sé como hacerles entender que ellos no están en peligro, pero ni caso, en cuanto les pongo el nido se olvidan hasta de comer.
Al principio me sabía mal tanto ardor a la vista de todos, que mi perra es joven e inocente y desconocía como podría interpretar el asunto. Pero parece que se lo toma con filosofía: ha llegado a la conclusión de que por lo menos hay una hembra de la casa que disfruta. En fin que ellos van a lo suyo y yo a repartir periquitos por doquier.
He repartido tantos que mi casa la conocen por “El Nido” y han bautizado la zona con el nombre de Periquito’s boulevard.
Yo tengo por norma buscar familias a mis periquitos junior de acuerdo con unos parámetros mínimos para que se avengan bien: los periquitos amarillos para los rubios, los blancos para los de pelo cano, los azules para los de derechas, los verdes para los ecologistas, los de colorines para los gay… en fin que me tomo el trabajo de asistente social a conciencia.
Pero es que últimamente no hay manera de colocarlos; ¡si es que me ven con una caja en la mano y la gente huye despavorida aunque sea una caja de bombones !
Yo soy mala tomando decisiones. Las tomo rápido, sin reflexionar. Y así me va, todo el tiempo lamentándome y que los demás me tomen por una descerebrada. Pero esta vez no, esta vez voy a pedir consejo de experto pues sé que alguno de por ahí piensa mucho y seguro que me aconseja bien.
Y ahí esta mi problema:
Este año no les he puesto a los periquitos el nido, pero la duda me corroe: ¿Hago bien en privarles del prinicipal mandamientos de los seres vivos “Creced y multiplicaos” que tanto el papa como la iglesia me urgen a cumplir?. ¿O por el contrario, y bajo peligro de excomunión, les aplico el control de natalidad? Es que el planeta (y mis amigos, parientes y conocidos) ya no pueden asumir tanto bicho como a uno le gustaría.
Espero con impaciencia (y ellos también) vuestro consejo
P.D. Si alguno sabe de algún medio por el cual los periquitos disfruten pero no haya consecuencias por favor decídmelo; es que los veo un poco nerviosos últimamente y seguro que necesitan un poco de acción.
(Unos tanto y los otros tan poco, que vida animal que tengo en mi casa)

Ains... tus periquitos me hacen recordar a los míos... Yo tampoco les puse nombre, él se llamaba Perico y era azul... ella Perica y verde y amarilla...
A la Perica la adoptó mi padre, que un día le entró volando por la ventana del despacho, la metío en la caja de los folios y me la regaló... y yo feliz. El veterinario dijo que era vieja... pero daba igual, era mi Perica y yo la quería. Le compramos un macho porque, ya que no tenía hermanitos, quería periquitos... pero en fin, el padre no adoptó la responsabilidad y mató a Periquitín (repito, cero original para los nombres), con lo cual la Perica le mató a él... toda una madre coraje...

En fin, yendo a lo importante, que las tragedias de mis mascotas son horribles... la Perica, a pesar de no tener pareja... se enamoró de su reflejo... y empezó a poner huevos la flipá...
Le quitamos el nido, pero... daba igual, nos ponía tortillas por doquier en su jaula...
El veterinario nos dijo que le colocásemos le nido, que así al menos estaba cómoda... pero al final la pobre engordó tanto de tanto huevo que llevaba dentro que murió asfixiada...

Así que si la naturaleza de tus periquitos es tener polluelos, habla con alguna tienda de animales por si ellos los quieren vender o algo, por cero comisión, y deja que la naturaleza siga su curso... es mi consejo visto mi historia trágica con los periquitos.

Otro día te cuento la de los homónimos de tus pájaros (que sí, que cero original yo...) Estos se fugaron con un pájaro más grande...

NOTA: Si quieres a tus periquitos jamás me regales uno... no sé por qué pero por lo visto no hacemos buenas migas...

RochiCT escribió:

Ains... tus periquitos me hacen recordar a los míos... Yo tampoco les puse nombre, él se llamaba Perico y era azul... ella Perica y verde y amarilla...
NOTA: Si quieres a tus periquitos jamás me regales uno... no sé por qué pero por lo visto no hacemos buenas migas...

Rochi yo los quiero y los quiero felices pero es que en cuanto se ponen me llenan de periquitos. Hay gente que no consigue una mascota ni a tiros y yo no me puedo quitar las crias de encima.
Este es uno de los problemas por los que mi perra va a seguir virgen (espero que la pobre me perdone) que colocar un perrito cuesta aunque tenga pedigri.
Un dia me tienes que contar esta historia.

Yo tambien tengo mi historia de pájaros, tuve un agaporni, el pájaro del amor lo llaman, parecido a un periquito en cierto modo. Precioso, cabeza roja, plumaje verde, azul en las alas. Se llamaba Glen para vacilar a un amigo. Dormía en una jaula durante la noche, por el día, mi cabeza era su casa, siempre en mi cabeza,donde yo fuera , dentro de casa, iba el, orgulloso sobre mí.
Pese a tener jaula construia nidos en todos los recipientes que adornaran la casa, para ello utilizaba su poderoso pico como herramienta, con el arrancaba tiras de papel de libros, catálogos, periódicos etc.
A la hora de la comida, se posaba en el borde de mi plato y si lo que contenía el plato era de su agrado comía un poco. Tambien se posaba en el vaso de agua, bebía y a veces sumergía medio cuerpo cada vez para bañarse.
Tuve al animalito un año mas o menos, un día, hace diez años, una ventana quedó abierta, Glen voló, nunca mas supe de el, me pasé los primeros día en la terraza llamándolo con sus sonidos favoritos, el silbido típico de piropear a las chicas, y golpeando un tenedor contra otro, ese sonido hacía que viniera siempre, pero esa vez no vino. Siempre pienso que está vivo, viven unos quince años, y que está feliz junto al Duero, libre y emparejado, es el pájaro del amor, el inseparable se llama tambien por su monogamia, quiero pensar eso y recordarlo lo menos posible. Aún duelen los recuerdos.
No es mi intención entristecer a nadie, solo quiero hacer por primera vez frente al recuerdo.Realmente no se por que lo he hecho, nunca hablo de él, no puedo.

Quasi... por lo que veo eres la única que tiene suerte con los pájaros...
Pepe, yo te entiendo... por ello mis padres no me volvieron a dejar tener mascotas...