Te busqué entre mis angustias, entre penumbras y resquemores.
Siempre me dijeron que no te merecía, que no eras suficiente para mí, que esto no nos llevaría a ningún lado. Pero sin hacerles caso me entregué a ti, confié en ti, y obvié tus desperfectos.
¿Quién puede decir hoy en día que es perfecto? Nadie, por ello seguí contigo, por ello no quise oír las malas lenguas que me hablaban mal de ti y te insultaban. Pero.... me defraudases, me dolió tu falta, me dolió tu lejanía y tu ignorancia.
Yo siempre estuve allí, pero tú no, tú ibas y venías. Y la culpa la tenía otros ¿verdad? Fácil es echarle las culpas a otras personas, pero claro, mientras con más gente estabas menos podías estar conmigo, y eso me dolía, y me hacía pensar en dejarte. Pero soy muy miedoso, necesitaba de otra persona que me ayudara a salir de este calvario, de esta sinfonía de pensamientos inútiles y delirantes que no servían para nada.
La encontré, si, lo siento, encontré quien te iba a sustituir. Ya se que suena feo, pero un clavo quita otro clavo y es la única forma que tenía de olvidarme de ti.
Ahora estoy muy contento, no me abandona, ni me deja por otros, cumple como nadie, y siempre está a mi lado. Me ha costado lo mío conseguirlo pero, te he olvidado, quizás demasiado rápido, pero era la única forma de seguir adelante, de no pensar en el pasado ni en ti, sobre todo de no pensar en ti. Y ya no, ya no, ya no. Ya no más, no pienso volver contigo aunque me lo pidieses mil veces, aunque me buscaras entre sueños a enturbiar mi descanso, nunca volveré a tu lado. Lo siento, pero tengo un nuevo Internet.