El carné de identidad.

"Y ahora nuestra gran oferta del día, señoras y señores, El Corte Inglés les ofrece un dos por uno en sus..."

- Joder, y que siempre que el despertador se enciende tengan que poner anuncios, vaya forma de levantarse.

Diego era de esas personas que para levantarse necesitan solo el zumbido de una mosca revoloteando por su habitación, pero aún así, su inconstancia a la hora de acostarse le hacía necesitar un buen despertador para no llegar tarde a su trabajo.

"...noticias del día: mueren tres personas atropelladas mientras caminaban por el arcén de la carretera 345 hacia Madrid, tiene toda la información Susana...

- Vaya, tres del tirón, no hay que ser muy listo para ir caminando por esa vía tan transitada- dijo Diego mientras se vestía.

"...mañana se encontró el cadáver quemado de un mendigo en la Plaza de las Mercedes, muy conocido por la gran cantidad de mendigos y drogadictos que se dan cita en ese lugar, se sospecha de un joven debido a una prueba...

- Otro más, la semana pasada uno en una cabina de teléfonos y hoy en la Plaza las Mercedes, valiente mundo, cada día estamos peor- iba diciendo mientras caminaba hacia el cuarto de baño.

Abrió el grifo para lavarse la cara y escuchó como llamaban a la puerta. "Quien coño será a estas horas", se preguntó mientras se dirigía hacia ella.

- ¿Quién es?- preguntó con más desgana que el posible miedo que pudiese tener ante tal llamada a horas tempranas.

- Policía, ¿puede abrirnos por favor?

En ese momento el miedo se apoderó de él, mientras la desgana lo abandonó por completo, miró por la mirilla y comprobó los uniformes de la Policía Nacional. Abrió y esperó sin saber que decir, sorprendido por la visita y angustiado por las posibles noticias que le trajeran, "seguro que nada bueno" pensó, y estaba en lo cierto.

- Hola buenos días, ¿Es usted Diego Martín Segura?- Preguntó uno de los agentes.
- Si, soy yo, ¿que les trae por aquí?- Se atrevió a preguntar Diego, que cada vez se iba sintiendo más calmado.
- Si, pero primero ¿nos podría enseñar su DNI?, si no es ninguna molestia, por favor.
- Claro, no hay ningún problema- dijo Diego mientras se alejaba hacia su habitación donde tenía su cartera, con el DNI en su interior.

Se paró en seco, acababa de recordar que le habían robado una cartera hacía dos semanas y aún no había dado parte a la Policía. Se volvió hacia los agentes para decírselo, pero al ver la cara de éstos, se dio cuenta de que ellos ya lo sabían, solo le estaban poniendo a prueba. Se alegró, habían encontrado su cartera. "¿Desde cuando los policías van de casa en casa devolviendo carteras?" pensó. Ciertamente no habían ido hasta allí a devolverle la cartera.

- No... no tengo el carné de identidad. Me lo robaron hace dos semanas- aseguró Diego, mientras que los policías, a sabiendas de que diría algo por el estilo le invitaron muy cortésmente.
- Por favor, acompáñenos hasta la comisaría.
- Pero, ¿por qué? ¿Cuál es el motivo? ¿Qué he perdido el DNI?- les preguntó. Sus palabras denotaban la incertidumbre que tenía.
- Allí se lo explicarán todo, ahora, si nos hace el favor, póngase una camisa y acompáñenos.

Cabizbajo y con cientos de pensamientos se fue hacia su habitación, cogió la primera camisa que encontró en una silla y se dirigió hacia da puerta donde un agente le esperaba, mientras que el otro le había ido siguiendo.

- Pero, decidme al menos si estoy detenido, o si he hecho algo, por favor- suplicó Diego viendo que los agentes no abrían la boca mientras se dirigían al coche policial.
- Usted es sospechoso de un crimen- le soltaron a bocajarro.

La mente de Diego sufrió un colapso, su imaginación se había desbordado. Ni en sus peores pesadillas habría imaginado algo así. No acertó a decir nada, estaba en blanco, o mejor dicho, tenía tanto que decir que no sabía por que decantarse.
Una vez llegaron a la comisaría de policía, los agentes lo condujeron al interior de ésta hasta un pequeño despacho donde otro policía le esperaba sentado delante de un ordenador.

- Señor inspector, aquí le traemos al sospechoso- dijo uno de los agentes. El inspector levantó la mirada y con un gesto invitó a que se sentara Diego.

- Así que usted es Diego Martín- comenzó el inspector- yo soy el inspector Ordóñez. Usted ha sido llamado ante mi presencia debido a que su carné de identidad se encontró cerca de la victima esta mañana, como usted ya sabrá.
- No tengo ni idea, no me han explicado nada- supo decir el joven, que aún no había comenzado a digerir lo que el inspector le acababa de explicar.
- Muy bien, esta madrugada a las 6:23 se encontró el cuerpo carbonizado de un mendigo en la plaza de las mercedes...
- Ah, ese cadáver- dijo Diego, a quien las palabras que terminó de pronunciar le sonaron más graves de lo que eran en realidad.
- ¿Me está usted diciendo que conocía la existencia de esa víctima? ¿Acaso no es una confesión lo que escucharé a continuación?- le espetó el inspector Ordóñez, esperando un derrumbamiento del sospechoso.
- ¡No! Gritó Diego, solo es que lo escuché esta mañana en la radio, mientras me vestía, antes de que llegaran los policías a mi casa.
- Claro- afirmó el inspector con un deje de incredulidad en sus palabras- en tal caso, ¿me podría decir donde estuvo anoche y que hacía su DNI al lado de la víctima?
- Bueno, no se, como ya le dije a sus agentes, hace dos semanas me robaron la cartera, con el DNI además de 5€ que tenía- le dijo, con un poco de énfasis en la última parte, para que se diera cuenta de porqué no había denunciado.
- ¿Y que hiciste anoche?- le apremió el inspector.
- Estuve en casa toda la noche, llegué del trabajo a las 9, ya que curro en una tienda de electrodomésticos que está a media hora de camino, más o menos, sin tener en cuenta el tráfico- dijo sinceramente y sin titubear.
- Esta bien, ¿y luego que hizo?, es decir, ¿tiene alguna coartada que corrobore que estuvo en casa toda la noche? ¿Novia, o alguna otra persona que viva con usted?
- No tengo novia, vivo solo. Anoche estuve viendo la televisión por lo menos hasta las 2 de la madrugada y luego me fui a dormir- dijo pensativo. La programación de la noche anterior comenzó a pasar por su mente.
- ¿Y alguna película en concreto? O alguna serie, o programa. Díganos algún dato fiable y demostrable de lo que dice, ¿lo recuerda?- insistió el inspector, su voz dejaba entrever las ganas que tenía de que el sospechoso dudase lo suficiente o se inventara alguna película para poder escapar del interrogatorio.
- Eh… si – dijo ruborizado- era una película x lo último que vi, antes había estado haciendo zapping en algunos programas, documentales, etcétera.
- El nombre, dime el nombre y la hora a la que comenzó- corrió a decir el inspector Ordóñez al que aquella respuesta le sonó extraña, era la primera vez que se la daban.
- Pues… algo de Yasmín, los… eh... los sueños eróticos de Yasmín- dijo totalmente ruborizado con una voz muy baja- la hora no la recuerdo pero era en el canal 16 y acababa de terminar una película del chino este… de Jackie Chan.
- Vale, Guzmán – dijo dirigiéndose a uno de sus agentes- tiene todos los datos apuntados ¿verdad? Muy bien, corrobórelos – le dijo tras afirmar con la cabeza.

No le dio tiempo al agente ordenado a salir, cuando otro entró jadeando.

- Inspector, los análisis de los objetos y el forense del caso del mendigo- dijo en cuanto entró.
- Está bien, salgamos. Agente Fermín, quédese aquí- añadió el inspector.

Daniel quedó sentado, con la única compañía del policía. Creía no haber convencido al inspector, pero los datos estaban ahí, solo tendrían que comprobarlos. Aunque no sabía la hora a la que había sucedido todo, el astuto inspector no se lo había dicho y cabía la posibilidad de que hubiese sido más tarde de las 2. Esta idea le comenzó a rondar por la cabeza, “¿y si no sacan nada en claro? ¿y si el carné aún tiene mis huellas? Lo mismo las huellas se pegan a la carne o la ropa o algo así. Aunque si todo esta quemado es complicado que se puedan ver” pero había algo que le hacía preguntarse constantemente por el carné, no sabía para que lo quería, cualquier persona lo habría tirado, pero ésta lo había guardado. Eso era lo que le mantenía aún ahí, prácticamente encerrado en una celda con muebles.

Ya se veía entre rejas, no iba a ser la primera persona inocente que terminaba de ese modo, se alegró de que la pena de muerte no existiese en España, si hubiese vivido en Estados Unidos seguramente terminaría con una inyección letal. Quizás le echasen solo 15 años y con buena conducta quizás saliese a los 5. Tendría tiempo de terminar los estudios, aquella carrera que comenzó y que dejó al segundo año. Pero y luego, y su familia, sus amigos, ¿qué pensarían ellos de todo esto?
Las ideas de Diego comenzaron a ser tan rocambolescas que decidió apartarlas de su mente, él era inocente, y comerse la cabeza de ese modo no le ayudaba para nada. En ese momento entró de nuevo el inspector. Portaba una carpeta y una cara más sonriente de lo normal. Eso tranquilizó a Diego.

- Bueno, ya estoy aquí de nuevo- dijo el inspector en un tono más amable- hemos comprobado lo de la película, tanto la que terminó como la que viste. Es cierto, también la hora a la que terminaste de trabajar. Además- añadió- las huellas dactilares del carné coinciden con las del la víctima, las cuales teníamos archivadas, lo que nos llevó a analizar el dichoso carné más a fondo y descubrimos que tenía restos de cocaína. Este hombre lo usaba para su droga. No me pregunte porqué, pero es el único drogadicto que conozco que no se inyectaba la droga, quizás llevase poco tiempo enganchado. Fuera como fuese, ya es usted libre, puede irse, pero no salga de la ciudad en los próximos tres días por si lo necesitásemos.

Daniel recibió la noticia con una risa de oreja a oreja, todo había terminado, le estrechó la mano al inspector y se comió las ganas de decirle “ves, te lo estaba diciendo”.
Antes de salir le llamó la atención el inspector.

- Daniel, hágame un favor, la próxima vez ponga una denuncia y renueve el carné, que son solo 10 euros.

Éste asintió con la cabeza, asegurándose que nunca más se le olvidaría ese consejo.

Por el título crei que nos ibas a contar las peripecias que pasaste para renovar tu carnet
Pero ha resultado ser mejor. Lo he leido de un tirón. Haste he imaginado una peli o un guión basado en este relato.

Muy bueno de nuevo. Entretenido y bien hilado.
Un pero, no al escrito como tal, a la historia, un dato que yo creo incorrecto. La cocaína no suele inyectarse, es la heroina lo que se inyectan casi siempre. El resto impecable.
Te lo has currao de lo lindo, me parece.

Gracias gente.

En cuanto al dato ese Pepe, no lo sabía, pero el inspector lo único que dice es que era el primer drogadicto que conocía que no se inyectaba la droga, no tenía porque estar hablando de la cocaína, pero al haberla mencionado es lógico que se piense que se habla de ella. En resumen, si se lee detenidamente, creo que puede pasar por el momento, aunque si alguna vez me diera la pinza de mandarlo a algún sitio lo cambiaré, gracias pepón

Por cierto, el argumento que os ha parecido? No me decís nada leches jejejejeje, a ver si he conseguido lo que quería, que es lo que más me gusta

A mi has conseguido acojonarme .
Cuando pierda el DNI, denunciaré "ipso facto".

Pues de mí has conseguido que lo lea varias veces en busca de una segunda lectura (que era culpable en realidad, por ejemplo, o alguna cosa así...) pero parece que esta vez no la hay.
Pero creo que no es esto lo que perseguías ¿a qué te refieres, a una sensación tal vez, de identificación en la sensación de impotencia ante el poder?
mmmm no sé, no voy a pensar más: ya me llega con romperme la crisma en tus relatos ambiguos. Tendrás que dar alguna pista si quieres que exprima más mi pobre cerebrito...

Yo desistí hace tiempo. No me rompo la cocorota buscando dobles sentidos ni cosas ocultas, que se me cansa la neuronilla.

Genial Odi...

Al principio he pensado que iba a ser el chaval estilo Jack El Destripador, que mataba a la gente y se le olvidaba... Luego que el no iba a ser el asesino del vagabundo, pero si el conductor que atropelló a los tres viandantes... Y luego me hacía tanta ilusión que fuese asesino, que ahora quiero saber quien fue!!!! ¿Murió el vagabundo de sobredosis? ¿Le mató otro para robarle su cartón? Mmmm, mi imaginación va dando vueltas y vueltas...

Los útimos serán los primeros... rochi, de jack tengo uno parecido, pero solo un primer capítulo, quizás algún día se me vaya la pinza y lo ponga.
Pepe, buenas (no se que decirte )
Gali, buscaba que pareciese un relato más oscuro de lo que en realidad era, y que el final fuese un poco simpático, que no gracioso, no se, algo que se asemejase a lo que podría ocurrir en la vida real, sobre todo por el tema de la pérdida de un carne y el no dar parte. Por cierto, no se porqué, a mi eso de ambiguo siempre me ha sonado mal, que no quiero decir que me lo digas de mala forma, conste en acta jejejeje